Sí, así es. Volvía de mis clases de alemán, con el paso apresurado porque no se ds donde dejé el coche se podía aparcar (es lo que tiene no entender lo que dicen las señales) y de repende, como un flashback, me di cuenta de que era feliz. A pesar de todo. Soy feliz en esta vida. Soy feliz porque estoy haciendo lo que quiero, o mejor dicho, lo que sabía que deseaba, porque muchas veces nos equivocamos al desear las cosas. Pero ese no es mi caso. No, definitivamente no. Aunque sea muy diferente, o totalmente diferente.
ESte fin de semana se celebró en Bonn el festival de Octubre que coincide con la fiesta de la reunificación de Alemania. Bonn, por ser la antigua capital del país, tenía un papel singular. Incluso la Merkel quiso honrarnos con su visita. Conciertos, eventos, fiestas... gente por todos lados... calles cortadas... Para mi, lo que viene siendo una pesadilla para encontrar aparcamiento, ya que de nada me servía el GPS.
Después de una cminata de25 minutos para llegar al centro desde donde dejé el coche, en la MünsterPlazt vimos el final de un espectáculo de street dance y el concierto de un tipo al parecer muy famoso alemán. Los bares llenos hasta la bola, imposible encontrar un asiento. Y en medio de todo esto, una protesta un poco rara contra el "sistema": una vientene de encapuchados vestidos de negro que la verdad daban un poco de miedo, y aún más si tienes en cuenta que el día anterior habían detenido a tres terroristas que por lo visto tenían algo pensado para ese día.
Así que, al ser lunes fiesta nacional , la semana se me ha hecho más corta. En dos días recibo una visita muy especial. Sólo espero que el tiempo me deje disfrutarla.
Por lo demás, mi alemán sigue avanzando a paso de tortuga, así que he decidido aplicarme yo un poquito más por las mañanas y estudiar, sobre todo vocabulario, por mi cuenta.
Aínsss... ¡Quiero que sea ya domingo por la noche!
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